Mudarse es la excusa perfecta para deshacernos de todo lo que ya no necesitamos y tener un nuevo comienzo libre de todas las cargas materiales y mentales del pasado.
Es el momento perfecto para experimentar la desclasificación, término que indica la eliminación de lo superfluo y todo lo que trae consigo recuerdos negativosx. Literalmente significa «hacer espacio o limpiar» o «ordenar», pero es mucho más que eso y te dará mucha satisfacción hacerlo.
La ventaja práctica será tener menos artículos que cargar en el camión y transportar a tu nuevo hogar, reduciendo enormemente el costo de la mudanza. Cuando empieces a empacar y a embalar, te darás cuenta de que tienes más de lo que pensabas, especialmente ropa y artículos que ni siquiera recordabas que existían. A menudo es posible, incluso entre mudanzas, que hayas acumulado objetos sin haberlos organizado sistemáticamente.
Antes de empezar con estas operaciones, tómate un momento para entender lo que realmente quieres llevarte. A veces puede ser difícil decidir, pero hay que ser metódico y elaborar un verdadero plan de acción.
Trabaja de manera organizada
Es importante planear cómo vas a organizarte antes de poner manos a la obra. Para empezar identifica las habitaciones y el tiempo que quieres dedicar a la «limpieza», ya sea media hora todos los días o sólo los fines de semana. Aprovecha los momentos en que estás motivada y de buen humor para hacer un buen trabajo.
Haz una clasificación clara
En este punto, divide lo que tienes en tres grupos diferentes: para guardar, para regalar o para vender y regalar.
Si no puedes tomar una decisión, pregúntate si realmente usas ese objeto y específicamente cuántas veces. No apliques esta regla a los recuerdos que tienen un valor emocional, sino que utilizala para la ropa o los pequeños electrodomésticos.
También pregúntate si ese artículo específico te genera un sentimiento en particular, si es positivo quédatelo, si solo te trae recuerdos negativos, elimínalo. No tienes que olvidar los sucesos negativos que has vivido, pero tampoco recordarlos todos los días con los objetos que te rodean.
Por último, para aquellas cosas que sólo usas ocasionalmente, pregúntate si es posible que alguien pueda hacer un mejor uso de ello y considera la posibilidad de regalarlo.
Declutar no significa desperdiciar y tirar todo lo que ya no necesitas. Hay muchas alternativas disponibles para vender o regalar los artículos que has decidido no llevar contigo en tu mudanza.
Muchos sitios web y grupos de Facebook dedicados a artículos usados pueden ayudarte. Para motivarte a continuar con estas operaciones de limpieza, establece alguna especie de recompensa en la que puedas invertir el dinero que ganes por la reventa de tus artículos. Puede ser un nuevo mueble para tu casa, o un agradable y relajante fin de semana para recuperarte de los problemjas que te aquejan.
Otra buena idea puede ser organizar una «fiesta de intercambio» o una sesión de intercambio que sirva principalmente para ropa y artículos pequeños, pero que también puede ser útil para artículos de mobiliario (almohadas o lámparas).
No olvides poner en práctica el decluttering y pronto verás como no solo tu hogar se siente más liberado, sino que tu cuerpo y mente también!